Por Borja Castelar, Capacitador número 1 en Soft Skills & Ventas en Iberoamérica
Para conseguir y mantener un trabajo normalmente se necesita un repertorio de habilidades técnicas. Todo dentista necesita saber cómo rellenar caries, los secretarios necesitan habilidades de mecanografía, las contables generalmente hicieron alguna carrera de económicas o empresariales y son buenas con los números.
Pero, más allá de las habilidades técnicas, ¿a qué dentista vas? ¿Al que es agradable y se toma el tiempo para responder a tus preguntas; o al que te trata como un número en una larga fila de bocas? ¿Qué asistente contratarías entre dos igualmente cualificados, aquel cuya actitud es positiva y optimista, y que siempre está dispuesto a ayudar; o el que es inflexible y le cuesta admitir los errores?
Estudiar y obtener títulos te lleva hacia la adquisición de las habilidades técnicas específicas que necesitas para hacer tu trabajo de manera efectiva. Estas son innegablemente importantes, pues son las habilidades que enumerará tu CV, pero los empleadores de hoy en día demandan más que eso.
Porque, la verdad, vivimos en un mundo competitivo donde la mayoría de tus compañeros y compañeras de sector también están técnicamente cualificados. Saber tu oficio se da por hecho, y necesitas algo más que te permita destacar.
Cada vez se da más importancia a las habilidades blandas: atributos sociales y personales que te permiten interactuar bien con otras personas. Todo profesional es mucho más efectivo cuando tiene una buena combinación de habilidades duras y blandas, y sobra decir que la efectividad es imprescindible estos días.
En el pasado, cuando la microgestión era la norma, las empresas buscaban sobre todo habilidades duras o técnicas. Pero era una época totalmente diferente, cuando un certificado de formación profesional te conseguía un trabajo bien remunerado en una empresa manufacturera en la que trabajabas toda la vida y que te daba una bonita pensión después de 20 años de trabajo
En un momento en que el mundo de los negocios se ha vuelto altamente cambiante, con las máquinas amenazando con hacer la mayor parte de los trabajos que no requieran pensar (concretamente con un 47% de ocupaciones en riesgo automatización o de sufrir modificaciones relevantes), el buen liderazgo busca personas que puedan dar a la empresa una ventaja humana. Las habilidades sociales son cruciales cuando la diversidad rige la fuerza de trabajo, y también son vitales para tratar con los clientes y los socios comerciales.
La comunicación, la empatía, la capacidad de escuchar, la disciplina personal, el pensamiento crítico, tener ideas, la motivación, el liderazgo y la resolución de conflictos, entre otras, constituyen una gran parte de las habilidades blandas que necesitarás para destacar entre los otros profesionales igual de preparados técnicamente que tú.
Me dirás que eso ya lo has aprendido antes, en la escuela, relacionándote o simplemente “viviendo”. Pero la verdad es que las lagunas de habilidades blandas en materia de competencias son la principal prioridad para el presente y el futuro. Están en altísima demanda porque faltan profesionales que realmente las dominen.
Un estudio realizado por LinkedIn a 291 directores de recursos humanos concluyó que para los reclutadores es fácil encontrar a personas con conocimientos y habilidades en sus áreas de conocimiento, pero es difícil encontrar a personas con las habilidades blandas o sociales necesarias para sus puestos laborales.
Asimismo, una investigación de la Universidad de Harvard, la Carnegie Foundation y Stanford Research Centre, indica que el 85% del éxito en el desempeño de un profesional se debe al buen desarrollo de sus habilidades blandas y personales.
El 85% del éxito en el desempeño de un profesional se debe al buen desarrollo de sus habilidades blandas y personales.
Entre las más demandadas y que más se necesitan no faltan aptitudes interpersonales tampoco.
Los datos están ahí: ni el sistema educativo ni la vida por sí misma te ha preparado para esto.
Lo bueno es que, como todo, se aprende. Y es lo que me dedico a trabajar con con otros profesionales, tanto de forma virtual, como, al final, la mejor forma de interiorizar conocimientos: presencial y con interacción.
Pero sea cual sea el medio que escojas, dales a las habilidades blandas la importancia en tu formación que merecen. En un futuro no tan lejano pueden ser las que te den el puesto de tus sueños.