Lo sé. Es una discusión que retrasa (al menos 15 años) pero, increíblemente, aún hoy es objeto de debate.
En cada clase, conferencia, taller o conversatorio que doy siempre practico el mismo experimento. Pregunto si, a la hora de diseñar las Estrategias de Comunicación, las piensan ON line u OFF line.
La respuesta es idéntica en cualquier parte del mundo: 70% a 30% en favor de lo digital.
No voy a juzgar si eso es correcto o no. Para hacerlo, en todo caso, habría que cotejar una innumerable cantidad de factores entre los que destacan dos: entender claramente QUE vendemos y saber cabalmente a QUIEN le vendemos.
Lo que sí voy a cuestionar es el reduccionismo en el cual gran cantidad de marcas caen al pensar que tener presencia en redes sociales equivale a ganarse el cielo. Que postear cinco veces a la semana en Facebook es suficiente para causar impacto en las audiencias. ¡Como si se tratara de dos Avemarías y tres Padrenuestros milagrosos para lavar culpas y mantener la conciencia tranquila!
Tenemos que entenderlo de una vez por todas: expresarse hoy en el terreno de lo digital dejó de ser un diferencial para convertirse en un estándar. Mantener nuestro web site actualizado o volverlo responsive ya no es un “Must”.
Si estás feliz porque tu nuevo proyecto está por salir a la luz, porque estás a punto de llevarlo al tan deseado mundo digital, quiero contarte que a diario se ponen online 571 webs por minuto. Si, cada 60 segundos hay casi 600 nuevas marcas, lo cual equivale a 800 mil propuestas que se suman por día según www.qmee.com
Y todas apuntan a un solo lugar. Todas direccionan sus esfuerzos de comunicación con el fin de competir (ferozmente) para ganar un espacio allí, en el altar, en el sitio más anhelado y pretendido por las marcas: la mente del consumidor.
¡F#CK the line!
Luego de que “ baja la espuma ” en medio de los encendidos debates que se generan en torno sobre si el escenario correcto es el terreno de lo análogo o lo digital y apenas me preguntan qué opino, siempre respondo lo mismo: ¡F#CK the line!
Algunos se espantan. Otros se horrorizan. Unos pocos sonríen. La verdad es esa: NO existe una línea que divida lo OFF line de lo ON line.
En mis viajes por el mundo, me he embarcado en la titánica tarea de dar con el paradero del inventor de tan pernicioso concepto. En oportunidades, me siento el “Jacques Cousteau” del Marketing, buscando una bestia mitológica que quizás nunca aparezca.
Lo cierto es que nosotros, en la lógica diaria de consumo, no pensamos en ON u OFF. Jamás decimos “voy a comprar este viaje, este carro, estos zapatos o este perfume en el canal tradicional o en la plataforma digital ”. Tan sólo queremos comprar en el momento que se nos ocurra, a la hora que se nos cante y por la vía que sea. ¡ Y pobre de ustedes si sus productos o servicios no están allí en ese instante sagrado !.
Esto, queridos amigos, es lo que en Mercadeo llamamos ONMICANALIDAD.
Sí, mea culpa; quienes trabajamos en Marketing, al igual que los abogados y los médicos, nos esmeramos mucho por ponerles palabras complejas a definiciones simples.
Digámoslo en fácil: ser Omnicanal significa integrar todos los canales existentes para hacerle la vida mas agradable a nuestros clientes. Para favorecer que un vínculo, compra o comunicación que inicio por un espacio pueda continuar por otro (en el momento que a nuestros consumidores se les ocurra, a la hora que se les cante y por la vía que sea).