Rodrigo Figueroa Reyes, fundador de la agencia Fire Advertainment, participó en Marketers/14, Congreso Internacional de Marketing, Comunicaciones & Management, en donde disertó acerca de lo que él consiera una revolución en el campo de la publicidad.
Según Figueroa Reyes, la publicidad sufrió diversos cambios desde sus inicios. Sobre todo, en los últimos 60 años. Entre los ’50 y los ’80, la TV tenía un público familiar cautivo, ya que la publicidad recomendaba un producto y la gente iba y lo compraba. Luego, en los ’90, se pasó a una segmentación de la oferta televisiva. Con la llegada de Internet y las redes sociales la revolución es aún mayor.
«Hoy el marketing no habla de niveles socioeconómicos o de ABC1. Hoy le hablamos a audiencias agrupadas por sentido de pertenencia. Gente que todos los días comparte sus vidas alrededor del mundo. Estamos en la era de la ‘microcelebridad'», afirmó el conferencista.
«Hoy le hablamos a gente que todos los días comparte sus vidas alrededor del mundo. Estamos en la era de la ‘microcelebridad'».
Los «15 minutos de fama» que cada persona tendría a lo largo de su vida (como planteó el artista Andy Warhol) «hoy son 15 segundos que se resumen en un ‘like’ en Facebook o un ‘retuit’ en Twitter».
A modo de ejemplo, Figueroa Reyes contó que Google, que tiene 16 años, se va a transformar en el medio de comunicación con mayor facturación del mundo. Y mientras la industria musical discográfica «se va a terapia intensiva» Apple ideó una tienda en la que ya vendió 25.000 millones de canciones.
Todo esto augura que la publicidad conocida hasta ahora puede desaparecer. Él la describe como «la publicidad que interrumpe». «La gente quiere ver historias, por eso la publicidad que se va a entender es la que no interrumpe, la que entretiene, que cuenta historias», continuó.
«La gente quiere ver historias, por eso la publicidad que se va a entender es la que no interrumpe, la que entretiene, que cuenta historias».
«La publicidad va en camino a hacerse invisible. ¿Qué significa esto? No significa que desaparece, por el contrario, se transforma en el contenido que la gente quiere ver, escuchar o leer», reflexionó.犀利士
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Un caso que ejemplifica el argumento es el film «Transformers» porque «no es una película, es una excusa para vender autos y juguetes. Es un spot de dos horas de duración». Otro caso es el de Woody Allen, que en los últimos años se dedicó a recorrer el mundo para que las ciudades le financien las películas, como marketing turístico.