Coaching, una disciplina de moda…?

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El término inglés coching,  procede del verbo inglés to coach, que usualmente significa entrenar, acompañar, motivar, en un contexto sobre todo deportivo, de hecho surge etimológicamente del francés coche (derivado a su vez  del húngaro kocsis o del checo koczi), que en el siglo XVII, era un gran vehículo tirado por caballos para el transporte de viajeros y conducido por un postillón o cochero, que era una persona que acompañaba a los pasajeros de un punto a otro, lo que recuerda el aspecto de timonel o guía, que a veces reviste la tarea del coach.

La terminología anglosajona remite el coaching al ámbito deportivo, como entrenamiento de un deportista o un equipo, dicha noción remite a los Estados Unidos de las décadas de los 50 y 60, cuando los entrenadores del fútbol americano pusieron de relieve que hacía falta, además del entrenamiento físico del deportista, un enfoque holístico que incluyera las dimensiones  esenciales de lo mental y emocional. En los 80 el término  coaching desbordó el ámbito deportivo e ingresa en el ámbito empresarial, en el que los procedimientos y las comparaciones en términos de competición, excelencia o necesidad de superación justificaban tal enfoque.

Según Pierre Angel y Patrick Amar (“Guía Práctica del coaching” Paidós) el coaching en ambientes profesionales es un proceso de acompañamiento a una persona o a un grupo de personas en el trabajo, con el objetivo de optimización del potencial de los individuos, entonces la intervención del coaching crea un espacio en el que el individuo puede desprenderse de lo que obstaculiza su desarrollo, expresar sus deseos y aspiraciones, adquirir nuevas competencias y conocimientos y poner en marcha un plan de mejora de sus resultados.

Hoy vivimos de cara a un sXXI que acelera y en su devenir transformador nos impone un vértigo no conocido hasta hace apenas décadas, estamos ya en plena  4ta. revolución  industrial, vivimos cambios ya insoslayables en el mercado laboral y financiero, en nuestros vínculos familiares, la robotización ya no es una idea vaga y lejana, vivimos rodeados de un entorno digital que crece sin parar y un entorno de incertidumbre como certeza, no puedes “parar el mundo, ni bajarte de él”, es un entrono VUCA (siglas en inglés: volátil, incierto, complejo, ambiguo)? es entorno además paradojal y contradictorio? Insisto, pides que, “paren el mundo y me bajo….” No, no es esa la solución, de este laberinto no se sale por arriba…se busca la salida y el ingreso al mundo que ya es,  mundo global y digital que viene y que genera oportunidades….. te pregunto entonces, tú crees que se nos requiere como atributo adaptativo,  flexibilidad o plasticidad…?, aprendizaje adaptativo o generativo..?

El coaching como disciplina no es consultoría, en dicho ámbito, el de la consultoría, hay y siempre habrá excelentes profesionales que podrán decirte qué hacer en tu gestión  de: recursos humanos, comercial, administrativa, financiera, impositiva, comunicacional, de clima interno, de marketing, por citar algunos campos o áreas.

También hay una gestión que es la personal, cómo te gestionas ti misma, cómo te gestionas emocionalmente..?  y si resulta que en cualquiera de los espacios profesionales mencionados precedentemente u otros en el que te desarrolles tú vives en perfecta armonía entre tus capacidades y creencias, quizás no requieras hoy del apoyo del coaching…..pero si  en cambio, “no vives a la altura de tus capacidades, sino de tus creencias” y ellas te limitan, hay allí un espacio para el coaching y la posibilidad de ahondar y reflexionar en procura de las respuestas necesarias para que puedas fluir en armonía con tus capacidades a pleno, con confianza y creencia en ellas y en ti misma. Incluso abordando capacidades latentes o dormidas en ti.

El coach, es entonces condición necesaria, nunca suficiente… dado que te puede ayudar a preguntar, a buscar, a indagar, pero son tuyas las respuestas y tuyas las conclusiones. Por ello te mencionaba la necesidad de plasticidad ya que ella representa cambiar a una forma nueva y permanecer en ella, lo flexible, cambia, se adapta pero tiende siempre inercialmente a volver a la postura original. Este mundo que vivimos nos requiere plasticidad, vivir las contradicciones como oportunidad para generar nuevos espacios, cambiar de ideas y soltar unas para tomar otras, vivimos en un mundo de cambios exponenciales, que nos requiere el ejercicio de sostener ideas opuestas en la mente, modelos mentales ya no lineales, con un rol importante a la intuición… al respecto, tú le puedes soltar la correa a tu intuición y dejarla andar plena?

Hay un aspecto que en mi mirada es fundamental en todo proceso de coaching  y refiere a la humildad  del coach. Obtener una certificación como tal es sólo el inicio de un largo camino donde todo el tiempo se deviene en tal, se aprende y se reafirma esa vocación por la generación de espacios reflexivos, interpretativos de las emocionalidades imperantes…ayudando a describir, preguntando debidamente, acompañando procesos para que cada persona que lo requiera logre dar con sus respuestas necesarias para vivir a la altura de sus capacidades y de sus creencias. Y claramente un buen coach debe saber si alguna problemática expuesta debe ser atendida en otros ámbitos profesionales.

Cierro con un dato ya que al inicio te mencionaba la incertidumbre como paisaje diario. “La economía de las apps proporciona un ejemplo de un nuevo ecosistema para el trabajo. Apenas comenzó en 2008, cuando Steve Jobs, fundador de Apple, les permitió a desarrolladores externos crear aplicaciones para el iPhone. A mediados de 2015, la economía global de apps esperaba generar más de 100.000 millones de dólares en ingresos, superando a la industria del cine, que ha existido durante más de un siglo”  Del libro “La cuarta revolución industrial” Klaus Schwab.