Para lograr el crecimiento anhelado por todos, la empresa en realidad solamente tiene dos opciones: o logra venderle más a los clientes que ya tiene, ya sea vía una venta incremental o una venta cruzada, o sale a la calle por clientes nuevos.
COSTO
META
Antes de salir a la calle por clientes nuevos, en realidad uno debería de dimensionar la cosecha esperada y a los clientes donde se tiene que enderezar el barco. La cosecha puede venir de dos lugares: primero, por la continua tendencia positiva de clientes a la alza y segundo, la continua cosecha de los clientes nuevos recientes.
- Continua tendencia: son referencias históricas, incluyendo aspectos de pricing, que permiten dimensionar con certeza la venta adicional esperada por estos clientes que llevan tendencia positiva en sus compras.
- Continua Cosecha: implica que los clientes nuevos siguen generando más para el segundo año. Esto puede ser por el simple hecho de que no fueron clientes durante todo el primer año, sino solamente una parte, y ahora lo serán durante los 12 meses, o por la lógica de que clientes nuevos normalmente sólo le asignan un porcentaje bajo inicialmente a un nuevo proveedor.
Ahora, los clientes donde hay que enderezar el barco son aquellos que son clientes recurrentes pero donde claramente se le está vendiendo menos que el periodo anterior. Es donde el valor industria que estás capturando de ellos viene de bajada. Para optimizar esta estrategia se enfoca a aquellos clientes donde la caída sea la más pronunciada y así el esfuerzo de recuperar el terreno perdido vale más la pena. Al descontar este valor más la cosecha esperada, se llega a la discrepancia que ya no podrá ser llenada con otra cosa más que con clientes nuevos.
RITMO DE PROSPECCIÓN
Primero, si se divide el número de clientes requeridos entre el porcentaje de cierre se obtiene el número de prospectos requeridos. Estos entre el porcentaje de empate incidan el número de sospechosos requeridos. Se podría decir que aunque los sospechosos son la materia prima de los prospectos, y estos a su vez de los clientes, se inicia desde el producto terminado deseado (los clientes) para calcular la materia prima necesaria.
Segundo, hay que dimensionar el tiempo. Sólo los novatos piensan que tienen todo el año para estar prospectando, mientras que los profesionales están muy conscientes de su fecha límite. Esta se establece simplemente quitando a la duración de la campaña, en este caso los doce meses del año, el ciclo de cierre promedio del negocio.
Y tercero y último, es poder dimensionar el ritmo al cual hay que estar prospectando mes a mes. Muy fácil, ya se conoce el número de prospectos y se tiene la fecha límite. La simple división indica el número exacto de prospectos que hay que validar y meter al embudo de ventas cada mes para poder garantizar llegar a la meta.
ESTUDIO
Entonces, viendo lo caro que son los clientes nuevos no hay que salir por ellos nada más por el hecho de salir. Hay que dimensionar la discrepancia para llegar a la meta que ya no se puede llenar con otra cosa que con clientes nuevos. Y para ese número hay que dimensionar el ritmo de prospección para garantizar llegar al pronóstico. Igual y una cosa que todavía vale la pena mencionar de la investigación, es que todos los que llegaron a su meta se divirtieron haciéndolo, así que tú también has lo mismo.
Fuente: The Sales Specialist Club.