Jonatan Loidi, director de Set Consulting en Marketers.
El impacto de Uber en Uruguay va más allá de lo evidente. Es que, además del efecto que este servicio pudo tener sobre el transporte público, logró poner en la cabeza del empresariado local la necesidad de rever los modelos de negocios y prepararse para la llegada de un outsider que cambie por completo la industria en la que operan.
Esto quedó expresado en los dos días de conferencia del Marketers –9 y 10 de junio–, el congreso de marketing organizado por Marketing Tech y que tuvo lugar en el salón Los Robles del LATU.
De hecho, la primera charla, titulada «disrupción creativa», a cargo de la experta en liderazgo, y planeamiento estratégico, Liliana Alvarado, se enfocó en la idea de que las empresas «tienen que salir de la caja y pensar de forma diferente para sorprender a sus clientes».
Para la especialista, la innovación no debe ser una «mejora continua», a la que comparó con el lanzamiento anual de un nuevo modelo de Iphone, sino una «transformación» que ponga al cliente en el centro.
Como ejemplos de esa innovación disruptiva, Alvarado se refirió a la plataforma para alquilar alojamiento, Airbnb, o la de transporte Uber, pero aclaró que no necesariamente la disrupción debe ser tecnológica.
El director de Set Consulting y experto en modelos de negocio, Jonatan Loidi, fue contundente al afirmar que: «a todos nos va a llegar un Uber». Para el especialista, las empresas deben «parar y pensar» para innovar.
Empresas como Google, por ejemplo, dividen el tiempo de sus trabajadores en 70% para trabajar, 10% para descansar y 20% para pensar, y se cerciora que efectivamente se haya pensado algo, contó Liodi. «Hacen esto porque les conviene, porque comprar ideas, por sencillas que sean, es muy caro», dijo el especialista y puso como ejemplo a Whatsapp, por la cual Facebook debió pagar más de US$ 20.000 millones cuando la adquirió en 2014.
«Los mayores éxitos por venir y las soluciones no están siempre afuera. La mayoría de las veces están adentro; el problema es que no le damos el tiempo para desarrollarlas», concluyó Loidi.
Por esta razón, Alvarado opinó que «innovación no puede ser un objetivo, sino una cultura de trabajo».
«En muchas empresas la prueba y error es un lujo escaso (…) tenemos que perder el miedo a salir de la zona de confort, y debemos perder el miedo al ridículo», concluyó.
Cambio positivo
En 1996, el profesor de la Harvard Business School, Jhon Kotter, publicó el libro Liderando el Cambio con el que demostró que la mayoría de los intentos para transformar las empresas fallan. Para el co-fundador de la consultora en gestión del cambio, Apprecia, Julio Martínez, la clave para revertir esta estadística es centrarse en los aspectos positivos de la empresa, en lugar de sus problemas.
«Debemos descubrir lo que hay que preservar de una compañía, y no hacer un cambio movido por algo que no quiero que pase», indicó Martínez.
El especialista dijo que esto no supone la «eliminación del método de solución de problemas», sino de un complemento basado en la «maximización de una virtud».
Martínez apuntó que no solo debe estudiarse la queja de los clientes, sino también las razones por las que algunos «aman» la marca y potenciarlas.
«Muchos gerentes creen que el miedo es un motivador para el cambio. No es cierto; la alegría puede ser un gran impulsor del cambio», opinó Martínez.
El fundador de Apprecia dijo que una de las razones por las que los procesos de transformación fracasan es porque los directivos deciden «versiones del cambio», que luego son transmitidas a los empleados, quienes las cuestionan mientras los ejecutivos las defienden.
En lugar de esto, Martínez dijo que los líderes deberían involucrar a todas las partes interesadas en los procesos de cambio, porque solo así se sentirán comprometidos. «La innovación radical requiere que todos en la empresa estén bien para poder dar la milla extra».
Nota por Guillermo Losa para El Observador.