Diferentes expertos regionales dieron sus consejos en Marketers, el congreso de marketing comunicación y management; estresarse para crecer como empresa, mejorar la calidad de las conversaciones y hasta respirar fueron algunos de ellos.
Steve Jobs es recordado por sus grandes logros. Sin embargo, en la mayor parte de su carrera el fundador de Apple cometió una serie de errores. Y aunque, en cantidad son más las equivocaciones, en dimensión los aciertos los dejan casi imperceptibles.
El CEO de Genexus, Nicolás Jodal, hizo mención al empresario de Apple, al igual que varios conferencistas en el congreso Marketers, para explicar la manera como cree que deberían posicionarse las empresas e individuos ante tres palabras que son tomadas como algo negativo pero forman parte de la vida de todos: incertidumbre, volatilidad y estrés.
«No sabemos qué depara el futuro pero es importante posicionarse de manera asimétrica», indicó. Para el ejecutivo, hay que dejar de preocuparse en hacer siempre lo correcto, para pasar a posicionarse de manera tal que si se pierde, no sea tanto y si se gana, que se gane mucho, tal como lo hizo Jobs.
Jodal habló sobre «las cosas que con el estrés se hacen más fuertes», y citó al ensayista e investigador Nassim Taleb, quien inventó la palabra «antifrágil» para nombrarlas.
Para el empresario uruguayo, lo peor que puede pasarle a un sistema antifrágil como las personas y organizaciones, es no tener estrés. Y es que al recuperarse de esta situación de alarma, los sistemas antifrágiles no vuelven a lo mismo, sino que avanzan. Esto se debe a que lo antifrágil «sobrecompensa el estrés».
En tanto, lo segundo peor que puede suceder, según Jodal, es tener un estrés constante, ya que el momento de recuperación y descanso resulta vital.
«Si queremos hacer crecer a nuestras organizaciones, debemos someterlas a estrés. Un fuerte choque, tiempo de recuperación y en el momento que sobrecompensó, volver a atacar», puntualizó.
Otra de las expositoras que trató la temática fue la psicoterapeuta Lilián Lafont. Para la especialista, «hay que compensar para prepararse para una nueva etapa de alarma». Hablando de las personas y ya no de organizaciones, Lafont aconsejó tres defensas: aceptación, darse cuenta y respirar.
Por su parte, el director de Franklin Covey, Guillermo Garrone, entrevistado por la gerenta multimedia de El Observador, Carina Novarese, dijo que un 60% de las personas reconoce que evita actividades recreativas por estar «agotadas». La frase «no tengo tiempo», para Garrone, tiene que ver con la creciente falta de foco que proviene de la cantidad de opciones que existen de tomar caminos inútiles.
«Cada vez tenemos más oportunidades de hacer elecciones inútiles», apuntó. Garrone indicó que se está usando más la parte del cerebro «primitivo» que toma decisiones espontáneas.
El consejo del experto ante esta situación, es lo que llama las 3P: Parar Para Pensar. «Solo bastan cinco minutos para pensar qué quiero hacer», apuntó.
Salir de la crisis
Otro de los expositores fue el director ejecutivo de Teletón Paraguay, Andrés Silva. Para el ejecutivo, las organizaciones siguen atrapadas en maneras de entender el liderazgo y las estructuras organizacionales que fueron creadas para una realidad «muy distinta» a la actual, razón por la que el desafío es reinventar estos modelos.
Fue contratado en un momento en el que Teletón Paraguay tenía «miles de dólares de deudas». «Buscaban a un superman que sacara a la Teletón de la crisis», recordó. Y como la deuda era tan grande, el desafío fue hacerlo sin contratar un solo nuevo empleado. Haber salido de esta crisis, para Silva, no hubiera sido posible con un modelo de liderazgo tradicional.
Subrayó el concepto de «equipazgo», que consiste en la capacidad de ver y actuar colectivamente, y de tener un propósito común. «Equipazgo no es la simple suma de liderazgo y trabajo en equipo» señaló. Agregó que lo que sacó a Teletón de la crisis fue el cambio en la manera de conversar. Según dijo en su conferencia, «no existe nada más importante en una organización que sus conversaciones». «Si cambiamos la manera de conversar estamos con la posibilidad de cambiar todo el sistema», apuntó.
La calidad de lo que se produce, según Silva, es consecuencia de la calidad de las conversaciones.
Nombró tres niveles de diálogo: el amable, el debate y el reflexivo. El primero es aquel en el que se pretende mantener el statu quo, por lo que se toma una posición asertiva más allá de estar o no de acuerdo. El segundo, es aquel en el que se piensa más en responder que en escuchar. Y en el reflexivo, se trata de ver la realidad a los ojos del otro.
En tanto, el consultor de empresas familiares Leonardo Glikin fue otro de los exponentes en el segundo día del evento.
Para Glikin, uno de los mayores problemas que enfrentan estas empresas está en los valores divergentes entre generaciones que muchas veces terminan en conflictos. Lo importante, para el experto, es poder armonizar estos valores y que «ninguna de las dos generaciones se crea con todo el saber e imponer el modo de trabajar».
Las claves
Jodal aconsejó no preocuparse por estar en lo correcto. Lo que es importante, para él, es posicionarse de manera «asimétrica» para en caso de perder, que sea poco y que si se gana, se gane mucho.
- Las organizaciones, según Jodal, deben someterse a estrés, aunque no constantemente, para crecer. Se debe «sobrecompensar» para volver a atacar.
- La calidad de las conversaciones, según Silva, es lo que hace a la calidad de lo producido en una organización.
Fuente: El Observador.